miércoles, 19 de septiembre de 2012

226.- Si ya tenemos el Bautismo, que nos reconcilia con Dios, ¿porqué necesitamos entonces un sacramento específico de la Reconciliación?


226.- Si ya tenemos el Bautismo, que nos reconcilia con Dios, ¿porqué necesitamos entonces un sacramento específico de la Reconciliación?

Si bien el Bautismo nos arranca del poder del pecado y de la muerte y nos introduce en la nueva vida de los hijos de Dios, no nos libra de la debilidad humana y de la inclinación al pecado. Por eso necesitamos un lugar en el que podamos reconciliarnos continuamente de nuevo con Dios. Esto es la confesión. [1425-1426]

Confesarse parece no estar de moda. Quizá sea difícil y al principio cueste un gran esfuerzo. Pero es una de las mayores gracias que podamos comenzar siempre de nuevo en nuestra vida, realmente de nuevo: totalmente libres de cargas y sin las hipotecas del pasado, acogidos en el amor y equipados con una fuerza nueva. Dios es misericordioso, y no desea nada más ardientemente que el que nosotros nos acojamos a su misericordia. Quien se ha confesado abre una nueva página en blanco en el libro de su vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario