viernes, 3 de agosto de 2012

166.- ¿Por qué celebra la Iglesia con tanta frecuencia el culto divino?


Dios actúa para nosotros mediante signos sagrados

166.-
¿Por qué celebra la Iglesia con tanta frecuencia el culto divino?

Ya el pueblo de Israel interrumpía el trabajo «siete veces al día» (Sal 119,164) para alabar a Dios. Jesús participó en el culto y la oración de su pueblo; enseñó a orar a sus discípulos y los reunió en el Cenáculo para celebrar con ellos el mayor culto de todos: su propia entrega en la Eucaristía. La Iglesia, que convoca al culto, sigue su mandato: «Haced esto en memoria mía» (1 Cor 11, 24b). [1066-1070]

Así como el hombre respira para mantenerse vivo, del mismo modo respira y vive la Iglesia mediante la celebración del culto divino. Es Dios mismo quien le infunde diariamente nueva vida y la enriquece mediante su Palabra y sus sacramentos. Se puede usar también otra imagen: Cada acto de culto es como una cita de amor, que Dios escribe en nuestra agenda. Quien ya ha experimentado el amor de Dios, acoge con ganas a la cita. Quien a veces no siente nada y, sin embargo, acude, muestra a Dios su fidelidad. 




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