miércoles, 13 de junio de 2012

092.- ¿Para qué llamó Jesús a los apóstoles?


92.- ¿Para qué llamó Jesús a los apóstoles?

Jesús tenía un gran círculo de discípulos a su alrededor, eran hombres y mujeres. De ese círculo elige a doce hombres, a los que llamó apóstoles (Lc 6,12- 16). Los apóstoles recibieron de él una formación especial y diferentes tareas: «Y los envió a proclamar el reino de Dios y a curar» (Lc 9,2). Jesús llevó consigo sólo a estos doce apóstoles a la última cena, donde les encargó: «Haced esto en memoria mía» (Lc 22,19b). [551-553, 567]

Los apóstoles se convirtieron en testigos de la Resurrección y garantes de su verdad. Después de la muerte de Jesús continuaron su misión. Eligieron a sucesores para su ministerio: los obispos. Los sucesores de los apóstoles ejercen en nuestros días los poderes otorgados por Jesús: gobiernan, enseñan y celebran los misterios divinos. La unión de los apóstoles se convirtió en el fundamento de la unidad de la Iglesia. Entre los Doce destaca una vez más Pedro, a quien Jesús le otorgó una autoridad especial: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia» (Mt 16,18). En esta posición especial de Pedro entre los apóstoles tiene su origen el ministerio del Papa. 



Jesús llama para que seamos sus discípulos y misioneros. Doble condición: la del que aprende y la del que comparte.

El llamado que hace Jesús nos sólo para algunos, el invita a todos los que quieran, libremente seguirlo, desde la vocación particular.

La convocatoria a ser "Pescador de hombres" es la invitación a ser testigo de un amor que colma y sacia y, como tal, quiere jugarse por los demás.

Compartimos esta versión de "Pescador de hombres" (compuesta por Cesáreo Gabaráin) realizada por el Padre Jony.


Pescador de hombres

Tú has venido a la orilla,
no has buscado  ni a sabio a ni ricos.
Tan sólo quieres que yo te siga.

Señor, me has mirado a los ojos.
Sonriendo has dicho mi nombre.
En la arena he dejado mi barca:
junto a Ti buscaré otro mar.

Tú sabes bien lo que tengo,
en mi barca no hay oro ni espada,
tan sólo redes y mi trabajo.

Tú necesitas mis manos,
mi cansancio que a otros descanse,
amor que quiera seguir amando.

Tú, pescador de otros lagos,
ansia eterna de hombres que esperan.
Amigo bueno que así me llamas.




1 comentario:

  1. n la arena he dejado mi barca:
    junto a Ti buscaré otro mar.

    Tú sabes bien lo que tengo,
    en mi barca no hay oro ni espada,
    tan sólo redes y mi trabajo.

    Tú necesitas mis m https://datafellows.net/que-se-estudia-en-una-carrera-de-ingenieria-de-sistemas/

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