martes, 5 de junio de 2012

068.- ¿Pecado original? ¿Y qué tenemos que ver nosotros con el pecado original de Adán y Eva?


68.- ¿Pecado original? ¿Y qué tenemos que ver nosotros con el pecado original de Adán y Eva?

El pecado en sentido propio es una culpa de la que hay que responder personalmente. El término «pecado original» no se refiere por tanto a un pecado personal, sino al estado caído de la humanidad en el que nace cada individuo antes de pecar por decisión propia. [388-389, 402-404]

Por pecado original, dice Benedicto XVI, tenemos que entender que «todos llevamos dentro de nosotros una gota del veneno de ese modo de pensar reflejado en las imágenes del libro del Génesis. Esta gota de veneno la llamamos pecado original. [...] El hombre no se fía de Dios. Tentado por las palabras de la serpiente, abriga la sospecha de que Dios [...] es un competidor que limita nuestra libertad, y que sólo seremos plenamente seres humanos cuando lo dejemos de lado; es decir, que sólo de este modo podemos realizar plenamente nuestra libertad. [...] El hombre no quiere recibir de Dios su existencia y la plenitud de su vida. [...] Al hacer esto, se fía de la mentira más que de la verdad, y así se hunde con su vida en el vacío, en la muerte» (Benedicto XVI, 8.12.2005).




El Padre Néstor Gallego, en su obra "Viajeros de la esperanza", musicaliza el contexto del primer pecado, el acto del hombre y la mujer de querer vivir al margen de Dios.


Pecado

Dios, creador del hombre y todo lo que existe...
¿Te acordás que un día me dijiste
que tu Amor me haría muy feliz?

Pero... ¿Sabés?, negué tu Amor que es infinito
y alejé mi corazón del tuyo,
tu Palabra desobedecí...

Y conocí qué amargo y triste es el pecado.
Al perder tu Amor de Padre Bueno,
me quedé llorando mi dolor.

Quiero Señor, pedir perdón por mis pecados
y nacer de nuevo entre tus manos.
Para siempre dame tu amistad.

Dame Señor, un corazón capaz de amarte y amar a los demás.
Un corazón como el tuyo, lo necesito para cambiar.
Dame Señor, un corazón capaz de amarte y amar a los demás.

"Adán... Eva... Hijitos míos. Soy Yo, el Papá de ustedes... El que los creó. No piensen que los abandoné. ¿Cómo los voy a abandonar? Si Yo mismo los creé por Amor... ¿Cómo los voy a dejar? La tristeza y el dolor que sienten ahora es porque pensaron que podían ser como Yo y vivir sin mi compañía. Hijitos míos... con lo mucho que los quiero... y con todo lo que les di. Pero no crean que me arrepiento de todos los regalos que les hice. Al contrario... si por Amor los creé, por Amor los perdono y para que sean felices y vuelvan a estar a mi lado, por Amor los salvaré. No se desesperen; tengan paciencia. Pasará el tiempo... enviaré hombres que anunciarán la Gran Noticia, pero uno sólo les dará la Salvación... Esperen.


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