miércoles, 13 de junio de 2012

090.- ¿Hizo Jesús milagros o son sólo cuentos piadosos?


90.- ¿Hizo Jesús milagros o son sólo cuentos piadosos?

Jesús hizo verdaderos milagros, así como los apóstoles. Los autores del Nuevo Testamento se refieren a sucesos reales. [547-550]

Ya las fuentes más antiguas nos informan de numerosos milagros, incluso de resurrecciones de muertos, como confirmación del anuncio de Jesús: «Pero si yo expulso los demonios por el Espíritu de Dios, es que ha llegado a vosotros el reino de Dios» (Mt 12,28). Los milagros sucedieron en lugares públicos, las personas afectadas eran conocidas a veces incluso por su nombre, por ejemplo el ciego Bartimeo (Mc 10,46-52) o la suegra de Pedro (Mt 8,14-15). También hubo milagros que representaban para el entorno judío delitos escandalosos (por ejemplo la curación de un paralítico en sábado, la curación de leprosos), y que, sin embargo, no fueron negados por los judíos contemporáneos de Jesús.


089.- ¿A quién promete Jesús el «reino de Dios»?


89.- ¿A quién promete Jesús el «reino de Dios»?

Dios quiere «que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad» (1 Tim 2,4). El «reino de Dios» comienza en las personas que se dejan transformar por el amor de Dios. Según la experiencia de Jesús son sobre todo los pobres y los pequeños. [541-546, 567]

Incluso las personas que están alejadas de la Iglesia encuentran fascinante que Jesús, con una especie de amor preferencial, se dirija primero a los excluidos sociales. En el sermón de la montaña son los pobres y los que lloran, las víctimas de la persecución y de la violencia, todos los que buscan a Dios con un corazón puro, todos los que buscan su misericordia, su justicia y su paz, los que tienen un acceso preferente al reino de Dios. Los pecadores son especialmente invitados: «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores» (Mc 2,17). 





Muchas canciones hablan de Jesús. Queen, en su primera obra, le dedica una canción compuesta por Fredy Mercury (que profesaba el zoroastrismo). Allí se recuerda esa expresión del evangelio de Marcos: "Todos te andan buscando" (1, 37).







088.- ¿Por qué fue tentado Jesús? ¿Acaso podía ser tentado realmente?


88.- ¿Por qué fue tentado Jesús? ¿Acaso podía ser tentado realmente?

A la verdadera humanidad de Jesús pertenece la posibilidad de ser tentado. Pues en Jesús no tenemos un salvador «incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo, como nosotros, menos en el pecado» (Heb 4,15). [538-540, 566]





Las tentaciones de Jesús en el desierto, el ayuno y la oración, la cuaresma (tiempo de reconciliación). Todos estos temas musicalizadas por Matt Maher en su canción "40 days".



40 días

40 días para pasear.
40 días para morir a uno mismo.
40 días para crecer más fuerte
como fe que rompe
las puertas del infierno abiertas.

El Jubileo ha terminado,
pero la gracia está lejos de haberse ido
En el corazón de los fieles,
gira en las ruedas del amor.

En el desierto de la tentación
se encuentra la tormenta
de la verdadera conversión.

Donde los manantiales de agua viva
te sumergen y refrescan
y como el Jordán vierte su cambio.
Tu verdadero ser
es todo lo que queda...

40 días para recordar el Sacrificio Pascual.
40 días para descubrir
como la Pasión nos llama
a una nueva vida.

El Jubileo ha terminado,
pero la misericordia está lejos
de haberse ido.
En los brazos del Padre
como el hijo rebelde que vuelve a casa.






087.- ¿Por qué Jesús se dejó bautizar por Juan, aunque no tenía pecado?


87.- ¿Por qué Jesús se dejó bautizar por Juan, aunque no tenía pecado?

Bautizar significa sumergir. En su bautismo, Jesús se sumergió en la historia de pecado de toda la humanidad. Con ello instituyó un signo. Para redimirnos de nuestros pecados sería sumergido un día en la muerte, pero por el poder de su Padre sería despertado de nuevo a la vida. [535-537, 565]

L
os pecadores —soldados, prostitutas, publicanos— salían al encuentro de Juan el Bautista, porque buscaban «el bautismo de conversión para perdón de los pecados» (Lc 3,3). En realidad, Jesús no necesitaba este bautismo, pues él no tenía pecado. El hecho de que se sometiera a este bautismo nos demuestra dos cosas. Jesús toma sobre sí nuestros pecados. Jesús ve su bautismo como anticipación de su Pasión y su Resurrección. Ante este gesto de su disponibilidad a morir por nosotros, se abre el cielo: «Tú eres mi Hijo, el amado» (Lc 3,22b). 


86.- ¿Por qué Jesús no se manifestó nunca en público a lo largo de treinta años de su vida?


86.- ¿Por qué Jesús no se manifestó nunca en público a lo largo de treinta años de su vida?

Jesús quería compartir con nosotros su vida y santificar con ello nuestra vida cotidiana. [531-534, 564]

Jesús fue un niño que recibió de sus padres amor y afecto y fue educado por ellos. De este modo creció «en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres» (Lc 2,51-52); perteneció a una comunidad rural judía y participó en los rituales religiosos; aprendió un oficio artesanal y tuvo que mostrar en él sus capacidades. El hecho de que Dios quisiera en Jesús nacer en una familia humana y crecer en ella, ha hecho de la familia un lugar de Dios y la ha convertido en prototipo de la comunidad solidaria. 


085.- ¿Por qué María es también nuestra madre?


85.- ¿Por qué María es también nuestra madre?

María es nuestra madre porque Cristo, el Señor, nos la dio como madre. [963-966, 973]

«Mujer, ahí tienes a tu hijo». «Ahí tienes a tu madre» (Jn 19,26b-27a). En estas palabras que Jesús dirigió a Juan desde la cruz ha entendido siempre la Iglesia que Jesús confiaba toda la Iglesia a María. De este modo María es también nuestra madre. Podemos invocarla y suplicar su intercesión ante Dios.


084.- ¿Fue María únicamente un instrumento de Dios?


84.- ¿Fue María únicamente un instrumento de Dios?

María fue mucho más que un mero instrumento pasivo de Dios. También mediante su asentimiento activo se realizó la Encarnación de Dios. [493-494, 508-511]

Al ángel que
le dijo que daría a luz al «Hijo del Altísimo», María le respondió: «Hágase en mí según tu palabra» (Lc 1, 38). La salvación de la humanidad por medio de Jesucristo comienza por tanto con una solicitud de Dios, con el consentimiento libre de una persona, y con un embarazo antes de que María estuviera casada con José. A través de estos caminos tan poco comunes, María se convirtió para nosotros en la «puerta de la Salvación».