331.- ¿Por qué existen, no
obstante, las desigualdades entre los hombres?
Todos los hombres tienen la
misma dignidad, pero no todos encuentran las mismas condiciones de vida. Donde
la desigualdad es causada por los hombres, está en contradicción con el
Evangelio. Donde los hombres han recibido de Dios diferentes dones y talentos,
es Dios quien nos remite unos a otros para que en la caridad uno compense lo
que le falta al otro. [1936-1938,1946-1947]
Existen desigualdades entre los hombres que no tienen
su origen en Dios, sino que proceden de condiciones sociales, especialmente del
reparto injusto en todo el mundo de materias primas, propiedades y capital.
Dios nos obliga a eliminar del mundo todo aquello que está en abierta oposición
al Evangelio y menosprecia la dignidad de la persona. Pero hay también
desigualdades entre los hombres que sí corresponden a la voluntad de Dios: desigualdad
en los talentos, en las condiciones iniciales, en las posibilidades. En ello se
esconde una indicación de que ser hombre significa estar disponible para los
demás en la caridad, compartir con ellos y hacer posible la vida.
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