294.-
¿Es pecador quien experimenta en sí mismo pasiones
fuertes?
No,
las pasiones pueden ser muy valiosas. Sólo por una mala orientación, las
pasiones, que están pensadas para la realización vigorosa del bien, se convierten
en colaboradoras del mal. [1767-1770, 1773-1775]
Las
pasiones que se orientan al bien se convierten en virtudes por medio del discernimiento de la razón. Son entonces
las propulsoras de una vida de lucha en pro del amor y la justicia. Las pasiones
que dominan al hombre, oscureciendo la luz de la razón, y le privan de su
libertad y le empujan al mal se llaman vicios.
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