293.- ¿Para qué nos ha dado Dios las pasiones?
Las
pasiones existen para que, por medio de emociones fuertes y percepciones claras
de lo justo seamos atraídos hacia el bien y rechacemos el mal. [1762-1766,
1771-1772]
Dios ha hecho al hombre de tal modo que pueda amar y odiar, desear algo o despreciarlo, ser atraído por algunas cosas y tener miedo ante otras, que esté lleno de alegría, de tristeza o de ira. En el fondo de su corazón el hombre siempre ama el bien y odia el mal, o lo que considera como tal.
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