217.- ¿Qué sucede con la
Iglesia cuando celebra la Eucaristía?
Cada vez que la Iglesia celebra la Eucaristía se sitúa ante la fuente de la que ella misma brota continuamente de nuevo: en la medida que la Iglesia «come» del Cuerpo de Cristo, se convierte en Cuerpo de Cristo, que es sólo otro nombre de la Iglesia. En el sacrificio de Cristo, que se nos da en cuerpo y alma, hay lugar para toda nuestra vida. Nuestro trabajo y nuestro sufrimiento, nuestras alegrías, todo lo podemos unir al sacrificio de Cristo. Si nos ofrecemos de este modo, seremos transformados: agradamos a Dios y para nuestros prójimos somos como buen pan que alimenta. [1368-1372, 1414]
Se critica con
frecuencia a la Iglesia, como si únicamente fuera una asociación de hombres más
o menos buenos. En realidad, la Iglesia es lo que se realiza diariamente de un
modo misterioso sobre el altar. Dios se entrega por cada uno de nosotros y
quiere transformarnos mediante la comunión con él. Como seres transformados
deberíamos transformar el mundo. Todo lo demás que la Iglesia es también, es
secundario.
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