77.- ¿Qué significa que
Jesucristo es a la vez verdadero Dios y verdadero hombre?
En Jesús Dios se ha hecho realmente uno de nosotros y con ello nuestro hermano; pero no por ello dejó de ser a la vez Dios y por tanto nuestro Señor. El Concilio de Calcedonia, de año 451, declaró que la divinidad y la humanidad están unidas entre sí en la única persona de Jesucristo «sin confusión ni división». [464-467, 469]
La Iglesia se ha esforzado durante largo tiempo para poder expresar a relación entre divinidad y humanidad en Jesús. La divinidad y la humanidad no están enfrentadas, de modo que Jesús sólo fuera parcialmente Dios y parcialmente hombre. Como no es cierto que la naturaleza divina y la naturaleza humana se mezclen en Jesús. En Jesús Dios no ha tomado sólo en apariencia un cuerpo humano (docetismo), sino que se hizo realmente hombre. Tampoco se trata en la humanidad y en la divinidad de dos personas diferentes (nestorianismo). Finalmente, tampoco es cierto que en Jesucristo la naturaleza humana desaparezca a ser asumida en la naturaleza divina (monofisismo). Contra todas estas herejías la Iglesia ha mantenido firme la fe en que Jesucristo es, en una persona, a la vez verdadero Dios y verdadero hombre. La conocida fórmula «sin separación y sin confusión» (Concilio de Calcedonia) no pretende explicar lo que es inalcanzable a la inteligencia humana, sino que, por así decir, fija los pilares de la fe. Designa la «dirección» en la que se puede buscar el misterio de la persona de Jesús.
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